Poner en un bol grande la avena, la mitad del zumo, las pasas, 1cs de aceite, una pizca de sal y otra de canela. Dejar a remojo hasta que los copos hayan absorbido el líquido y las pasas se hayan hidratado: normalmente durante 1 hora, pero cuanto más tiempo se deje, mejor (yo a veces lo pongo por la noche y la hago por la mañana).
Remover bien la mezcla y verterla en un molde previamente engrasado con aceite en la base y las paredes.
Lavar las manzanas, cortarlas en cuartos primero y en gajos después que colocamos directamente sobre la base de avena, colocándolas bien por toda la superficie. Espolvorear con canela y otra pizca de sal (hace que el azúcar de la fruta salga a la superficie con la cocción).
Tapar con papel vegetal y meterla al horno a 150ºC durante 20 min.
Transcurrido ese tiempo, sacar del horno, pincelar la manzana con un poco de aceite y volverla a poner en el horno -esta vez sin tapar- durante 5-10 min. más, lo justo para que se dore la superficie, sin quemarse.
Mientras tanto, diluir el kuzu en un poco de zumo frío, poner el resto en un cazo al fuego y cuando empiece a hervir, incorporar el kuzu, cocer un par de minutos removiendo continuamente hasta que se vuelva transparente y retirar del calor.
Verter esta mezcla sobre la tarta hasta que la cubra por completo y dejarla dentro del horno apagado para que termine de hacerse. Dejar enfriar y esperar a que solidifique antes de servir.