ponemos una olla con un par de dedos de agua a calentar, pero no dejamos que hierva. Ya que, para que el chocolate no amargue, y se quede brillante, y sea crudivegano, no debemos fundir la manteca de cacao a más de 42 grados.
Ponemos el utensilio para el baño maría en la olla (que no toque el agua, porque subiría la temperatura, aunque lo más importante es, que el agua no hierva!!)
Echamos la manteca de cacao en el recipiente, y con una lengua de silicona vamos removiendo suavemente (tarda un ratito) hasta que se funda del todo.
La manteca de cacao tiene el color del chocolate blanco, y cuando funde, se queda como si fuera aceite vegetal, transparente y amarillento.
echaríamos la melaza y los copos de avena, o bien enteros, o triturados, y seguimos removiendo con la lengua de silicona suavemente, hasta que no quedan grumos.
Una vez tenemos todo fundido y sin grumos, lo retiramos de la olla, para que enfríe un poco, ya que no podremos echarlo tan líquido en las galletas.
Disponemos las galletas abiertas boca arriba, y cuando el chocolate blanco este espesito, con una cuchara vamos echando un poquito encima de una de las partes de cada galleta. Y luego, las cerramos con cuidado y las dejamos enfriar ahí mismo, a temperatura ambiente… hasta que solidifique, seguramente se quedará la melaza entre medias algo líquida.
Podemos conservarlas en un bote de cristal hermético en la nevera de 3 a 5 días, o incluso una semana.