¿Puede la vitamina D-3 a 2 000 UI diarios ayudar a curar el cáncer de mama?
La cuestión me parece fascinante. Un estudio reciente mostró que complementar con 2 000 UI diarias de vitamina D₃ (colecalciferol) podría mejorar notablemente la respuesta al tratamiento en mujeres con cáncer de mama, especialmente durante la quimioterapia neoadyuvante.
Lo que encontró el estudio
En una investigación realizada en la Universidad Estatal de São Paulo (FMB‑UNESP), se evaluó a 80 mujeres mayores de 45 años que estaban comenzando tratamiento contra el cáncer de mama. Se dividieron en dos grupos: uno tomó 2 000 UI de vitamina D al día durante seis meses junto con la quimioterapia, y el otro recibió placebo.
El resultado fue contundente: el 43 % de las mujeres que tomaron vitamina D alcanzó una respuesta completa al tratamiento, frente al 24 % del grupo placebo. En otras palabras, casi se duplicó la probabilidad de que el cáncer desapareciera con la quimioterapia en quienes tomaban vitamina D
¿Qué implica esto?
Lo que esto realmente significa es que, aunque no estamos hablando de prevención directa del cáncer, la vitamina D podría actuar como un aliado muy importante durante los tratamientos. Podría hacer al tumor más sensible a la quimioterapia. Esa es una gran noticia desde el punto de vista integrativo y medico integrador.
Este efecto no está probado como prevención, pero sí abre una ventana muy clara para usar la vitamina D de forma estratégica y clínica en mujeres con cáncer de mama, bajo supervisión médica, claro.
Pero, ¿qué dice la ciencia más amplia al respecto?
Aquí es donde debemos ser prudentes porque la evidencia aún no es concluyente:
- Ensayos clínicos grandes, como el VITAL, con 2 000 UI/día en personas sanas, no mostraron una reducción significativa en la incidencia total de cáncer, aunque sí un descenso en casos avanzados en personas con peso normal
- Algunos estudios observacionales han encontrado una asociación entre niveles bajos de vitamina D y mayor riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres posmenopáusicas, con niveles deficientes hasta un 45 % más de riesgo
Entre lo que la ciencia sugiere y lo que podemos aplicar
Lo que esto nos deja claro es que la vitamina D no es una bala mágica para prevenir el cáncer, pero sí parece jugar un papel valioso durante el tratamiento oncológico. Y eso ya es algo potente.
En mujeres con cáncer de mama:
- Una dosis de 2 000 UI diarias podría mejorar la respuesta a la quimioterapia.
- Mantener niveles óptimos de vitamina D (por encima de 40 ng/mL) parece protector y podría contribuir a reducir el riesgo de recurrencia, especialmente en cánceres con receptores hormonales positivos (ER+)
Recomendaciones con sentido clínico:
| Situación | Recomendación |
|---|---|
| Pacientes con cáncer de mama | Valorar 2 000 UI/día de vitamina D₃ durante la quimioterapia |
| Mujeres sanas o en seguimiento | Mantener niveles saludables, evitando deficiencia (30–50 ng/mL), con apoyo suplementario si hace falta. |
| Prevención general | No hay evidencia sólida para prevención, pero mantener un estilo de vida saludable, con vitamina D óptima, sí importa. |
En resumen: este estudio coloca sobre la mesa una estrategia integrativa con mucho potencial y muy económico: 2 000 UI de vitamina D₃ al día, usadas bajo control médico, podrían mejorar la eficacia del tratamiento oncológico en cáncer de mama. Pero no se trata de un suplemento milagroso para prevenir la enfermedad, sino de un complemento que puede marcar una diferencia en el curso del tratamiento.
Siempre, siempre digo que la ciencia hay que combinarla con el sentido común, la empatía y la individualización. Si alguna paciente o familiar lo lee, lo más importante es que este tipo de intervenciones deben ir acompañadas de una supervisión médica y del resto de cuidados que sabemos que marcan la diferencia: alimentación, ejercicio, descanso, entorno emocional.
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