Hace unos días recibí el testimonio que vengo a compartiros hoy y mientras lo leía me sentía muy identificada, porque yo también sufrí mucho cuando perdí el pelo, las cejas y las pestañas durante la quimio. Todo el mundo te dice que no pasa nada, que ya crecerá, pero si pasa, te sientes muy, sientes una pérdida importante y tu autoestima se viene abajo cuando te ves totalmente calva.
Me llamo Yaquelin, tengo 42 años. El 30 de marzo próximo cumpliré un año de operada, me hicieron una histerectomía con doble anexectomía.
Antes de la intrevención llevaba ya algún tiempo tratándome por infertilidad de causa desconocida. Hice un tratamiento hormonal con merapur y gonodatropina como preparación para una inseminación artificial. Fuí inseminada tres veces sin resultado alguno. Llevaba una espera de casi dos años para una fertilización in vitro, cuando un día comencé a sentirme mal y resultó que tenía un quiste de ovario gigante en el lado derecho. en el momento de la operación los doctores descubrieron un tumor maligno muy agresivo en el ovario izquierdo y me quitaron todo. Fueron días muy difíciles para mí, los más terribles de mi vida.
Antes de la operación tuve mucha incertidumbre y lloraba continuamente a mares, ni siquiera dormía, pues sospechaba que todo no estaba bien y nadie me decía nada. La cirugía afortunadamente salió muy bien, pero luego vino la terrible noticia de que debía recibir quimioterapia como tratamiento preventivo y el miedo me invadió totalmente. La sola idea de quedarme calva me hacía llorar al punto de hacerme temblar de ansiedad. Yo había vivido para mi pelo casi toda la vida, era lo que más bonito tenía y soy muy presumida. el primer día de la quimio iba como si me llevaran a la horca, la noche antes ni dormí. sufrí como nunca en mi vida.
El día que descubrí los primeros mechones cayendo fue terrible, casi me llevan al psiquiatra. Cada vez que tenía que peinarme para mi era el peor momento del día y mi esposo venía con la escoba y el recogedor. Pero todo el sufrimiento se fue cuando mi esposo me rapó la cabeza, fue el día antes de la 2da quimio. Sentí que ya no tenía miedo y me di las otras cinco sesiones restantes sin miedo a nada. Tuve el apoyo de mi esposo de manera incondicional.Ttuvo que dejar de trabajar para cuidarme a tiempo completo, desde antes de la operación y todo el tiempo que duró la quimio. Mi familia de España sufrió junto conmigo, lloraban por mí sin yo saber nada. Me mandaron gorros, pañuelos, pelucas muy parecidas a mi pelo y corte, para que el cambio no fuera brusco en mí. Nada me faltó, estuvieron ayudándome y dándome apoyo desde la distancia.
Hoy, aunque mi sueño de ser madre quedó truncado, estoy sana y me siento muy bien. Mi esposo tiene 38 años, pero tampoco le ha afectado la idea de no tener hijos, al contrario me apoya mucho.
Hace solo tres meses que terminé la última quimio y ya tengo mi pelo, mis cejas, mis pestañas, que tanto me afectó perderlas también.
Ahora todo autouidado que tenga es poco, por eso quiero tanto este libro que me sirve de mucho y le doy las gracias por tenerlo. Cuánto me hubiese servido desde el principio tener Mi Revolucion Anticáncer en mis manos. Hago todas sus actividades. Durante la quimio gané mucho peso y estoy tratando de bajar los kilos de más. Este libro me ha completado el buen ánimo que me faltaba y me ha hecho estar más segura en la vida. Gracias
Dra. Odile Fernández. Médico de Familia, Superviviente de Cáncer. Autora del blog «Mis Recetas Anticáncer»