Crónica de un viaje a Marrakech

Gracias a vuestros votos en el concurso de relatos de Familia en Ruta hemos disfrutado de unos días de vacaciones en Marrakech y quiero mostraros algunas imágenes del viaje y animaros a visitar esta ciudad. El viaje fue por cortesía de Viajes Marhaba y nos ofrecieron un Riad espectacular en el centro de la medina de Marrakech. Los riad son las casas tradicionales marroquís con patio en medio y habitaciones alrededor de éste. Suelen tener varias plantas y una terraza en la azotea. Alojarse en un Riad es sentirse como en un cuento, es una experiencia magnífica que no debería perderse ningún viajero a Marrakech. A mi me recuerdan a las típicas casas andaluzas con su patio interior.

El nuestro era el Riad Nerja y os lo recomiendo. El riad estaba muy limpio, la habitación era muy cómoda y el personal del riad muy amable. En el riad desayunábamos a diario en la terraza, lo que hacía que el desayuno fue de lo más relajado. El personal fue muy amable y adaptó el desayuno a nuestros deseos, pedimos fruta fresca, nocilla y tomate y aceite para las tostadas y dicho y hecho.

Las cenas en el riad también son impresionantes y de una gran calidad. Ha sido el sitio donde mejor hemos comido de todo Marrakech. La cena cuesta 18 euros por persona pero merece la pena.

He hecho el viaje con mi pareja y mi hijo de 5 años. Al principio teniamos dudas sobre ir con el peque o no por si la ciudad no era segura, pero deciros, que es increible lo seguro que te sientes en esta ciudad. Al llegar al hotel conocimos a dos parejas sevillanas que iban a pasar 3 días en la ciudad al igual que nosotros y compartimos el viaje con ellos. Fue de lo más divertido. Las veladas y los desayunos en el riad con ellos eran muy amenas.

Respecto a la ciudad más que tener espectaculares monumentos o sitios increíbles, su encanto reside en la ciudad en sí, en su estilo de vida, en sus bulliciosas calles, en sus inmumerables comercios, en el caos reinante en todos los rincones.

La medina y el zoco son dos lugares de la ciudad que no debemos perdernos. En la medina es donde se hallan ubicados los riads y es el centro de la ciudad.

El zoco de Marrakech es el lugar donde los marroquíes hacen sus compras y donde los tenderos intentan hacer negocio con los turistas. Aquí vives con la sensación continua de que te están engañando en todas las compras por mucho que regatees. Hay puestos de todo tipo, y están clasificados por zonas… el zoco de las babuchas, el zoco de las especias…

La Plaza de Jamaa el Fna es el lugar más importante de la ciudad, siendo el centro de la vida pública de los habitantes de Marrakech.

Lo mejor de la Plaza de Jamaa el Fna es la transformación que va sufriendo en el transcurso del día.

Por el día encontraréis muchas cosas que os llamarán la atención: desde domadores de monosque se te subirán encima hasta encantadores de serpientes, pasando por dentistas exponiendo sus últimas piezas extraídas. También encontraréis multitud de puestos de zumo de naranja, especias, menta y caracoles.

Según atardece, la plaza cambia totalmente. Al caer la noche desaparecen los tenderetes de la mañana y se llena de puestos de comida donde poder cenar, músicos improvisados y espectáculos de diferente índole.

Os aconsejo que comáis o toméis un té con menta en alguna de las terrazas que rodean la plaza para apreciar la vida en la plaza. Os recomiendo para comer Chez Chegrouni. La comida en casi todos los restaurantes es la misma: cous cous, tajine y brochetas.

Nosotros comimos una noche en los puestos de la plaza…. no nos dio diarrea al igual que a otros viajeros que nos habían desaconsejado comer allí, pero la verdad es que la calidad fue pésima.

No olvidéis haceros un tatuaje de Hena en la plaza. 

La Mezquita Koutoubia es la mezquita más importante de Marrakech y fue una de las mayores del mundo islámico cuando finalizó su construcción en 1158. Se ve desde toda la ciudad pues mide 69 m de alto. Recuerda a la Giralda. No se puede acceder a su interior si no eres musulman.

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