DISRUPTORES HORMONALES. Una sangría para la Seguridad Social

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disruptores endocrinos
La exposición a disruptores hormonales es diaria. La exposición diaria a través de la comida y productos electrónicos, cosméticos y plásticos que contienen sustancias químicas alteradoras hormonales (también llamadas disruptores endocrinos, EDCs por sus siglas en inglés), puede costar hasta 2.900 millones de euros en España, (31.000 millones en Europa), de acuerdo con un informe presentado por la Health and Environment Alliance (HEAL).El cálculo se basa en una lista de enfermedades y problemas sanitarios que los científicos expertos en la investigación sobre disruptores endocrinos han identificado como «relacionadas con el sistema endocrino».

Enfermedades relacionadas con el sistema endocrino

-Problemas reproductivos y de fertilidad, incluyendo el bajo número de espermatozoides.
-Anomalías del pene y los testículos en los niños pequeños.
-Cánceres de mama, ovario, próstata, testículos.
-Desórdenes conductuales en los niños, tales como el autismo y el déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
-Obesidad y diabetes (1)
Las tasas de muchas de estas patologías están creciendo rápidamente. Por ejemplo, con la excepción de países que ya tienen una alta prevalencia como Holanda y Austria, todos los países de la UE están teniendo fuertes subidas de casos de cáncer de próstata, y los Estados Miembros del Este y Sur de Europa están asistiendo a un dramático incremento de tumores de mama (2). La prevalencia del autismo y el TDAH es ahora alarmantemente alta. Además, los expertos dicen que los EDCs tienen mucha capacidad para reducir el cociente intelectual, lo cual impide que los niños alcancen su pleno potencial. Algunos de los daños originados por la exposición fetal a los EDCs permanecen ocultos inicialmente para emerger más adelante en la vida, bajo la forma de cánceres vinculados a las hormonas o un peor recuento espermático.
Por encargo de HEAL, el economista ambiental doctor Alistair Hunt, de la Universidad de Bath y la doctora Julia Ferguson, miembro visitante de la Escuela de Gestión de Cranfield en el Reino Unido, han calculado los costes totales asociados con estos problemas en 636 a 637 miles de millones de euros anuales (3). Estas cifras probablemente son una subestimación de la realidad por varias razones, incluyendo el que muchos de los trastornos identificados no tienen datos disponibles.
 Solo una parte de los costes de los problemas sanitarios vinculados a la disrupción endocrina pueden ser atribuidos a la exposición a EDCs. Las causas más importantes que contribuyen incluyen factores como los genéticos o los del estilo de vida, tales como la dieta, el tabaco o la escasa actividad física. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha apuntado que es probable que la «carga ambiental de enfermedad» causada por las sustancias químicas esté siendo subestimada, por la falta de datos (4).
Un reciente estudio norteamericano fijaba la contribución proporcional de solo una sustancia disruptora endocrina (el bisfenol A, BPA) a través de una sola vía de exposición (el bisfenol A que pasa a la comida desde envases alimentarios), y referido a un solo problema sanitario (obesidad infantil) en el 1.8% (5). Por lo tanto, parece razonable asumir que la proporción para la exposición a todos los EDCs pueda estar entre el 2 al 5%. Una contribución del 55 a los problemas sanitarios ligados a EDCs podría equivaler a aproximadamente 31.000 millones de euros anuales para los 28 países de la UE (1)

 EVIDENCIAS CRECIENTES

La evidencia que une a las sustancias imitadoras de las hormonas con problemas de salud ha ido haciéndose cada vez más fuerte a lo largo de la última década, de acuerdo con el informe del año pasado de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como concluye claramente la más alta autoridad sanitaria internacional, la exposición humana a EDCs representa ahora una «amenaza global» que necesita ser afrontada (6). Genon K Jensen, directora ejecutiva de HEAL dice que «una proporción de las crecientes tasas de enfermedades vinculadas a las hormonas a las que se asiste hoy en Europa son causados probablemente por la exposición a sustancias químicas sintéticas que terminan en nuestros cuerpos y perturban nuestras hormonas. La Unión Europea debería anteponer la salud y retirar estas sustancias. Actuar rápidamente podría evitar un masivo sufrimiento humano y quizás tanto como 31.000 millones de euros anuales en costes sanitarios y de pérdida de productividad».
El informe de HEAL estima que las enfermedades vinculadas a las hormonas por todas las causas representan un coste de 58.000 millones de euros anuales. Si el 5% de ese total es directamente relacionado con la exposición a EDCs, entonces el coste de esta exposición en España es de aproximadamente 2.900 millones de euros.
«En España, el Gobierno está prestando muy poca atención a la prevención de los efectos sanitarios causados por los contaminantes químicos y, más en particular, por los contaminantes hormonales», dice Carlos de Prada, responsable de la campaña Hogar sin Tóxicos de la Fundación Vivo Sano. «A principios de marzo de 2013 hicimos llegar al Gobierno y a las fuerzas políticas con representación parlamentaria una propuesta para la eliminación del más conocido de los contaminantes hormonales, el bisfenol A, en cualquier clase de material que esté en contacto con alimentos, medida que ya ha sido adoptada en Francia. Las propuestas incluían también adoptar medidas en general sobre los disruptores endocrinos. A día de hoy, a pesar de haber sido presentadas varias proposiciones no de Ley, el tema ni siquiera ha llegado a ser debatido en ninguna comisión del Congreso. Si ni siquiera se avanza en algo tan sencillo, y que causa tan escasos contratiempos a la industria, como eliminar el bisfenol A del fino recubrimiento interior de las latas de comida, ¿qué cabe esperar del conjunto del problema de los EDCs? Urgimos a nuestro Gobierno a tomarse muy en serio esta cuestión y actuar con celeridad, sino pensando en el sufrimiento humano, que para nosotros es lo primero, al menos en la economía».
HEAL está haciendo un llamamiento para que las leyes de la UE sean revisadas para reducir la exposición de las personas a los EDCs. La Unión Europea debería también habilitar un calendario específico para que las sustancias alteradoras hormonales sean identificadas y sustituidas por alternativas más seguras.
«Hace un año, esperábamos que la Comisión Europea propusiera un paquete de políticas sobre EDCs, incluyendo una nueva estrategia para abordar el tema. También se esperaba que pudiera ponerse en marcha una propuesta sobre los criterios para identificar las sustancias con estas propiedades ya que las leyes de la Unión Europea sobre pesticidas y biocidas las prohíben. Todavía se espera ese paquete de medidas”, concluye Carlos de Prada.
Como la ciencia sobre los efectos negativos de los EDCs continúa amontonándose, alguno países de la UE han dado un paso adelante para restringir estas sustancias disruptoras de las hormonas. Suecia está desafiando legalmente el retraso de la Comisión. Francia también está insistiendo en la necesidad de una acción urgente. Siguiendo al anuncio de su propia estrategia nacional sobre EDCs, la delegación francesa en la reunión del Consejo de Ministros de la última semana llamó la atención sobre los riesgos de estas sustancias en un movimiento que fue secundado por otros cinco países (7). Mientras se retrasa una acción real sobre la reducción de la exposición, la gente continua pagando la factura con enfermedades», concluye la señora Jensen.

 BIBERONES INFANTILES

La UE ya ha emprendido algunas acciones regulatorias limitadas sobre los EDCs desde un punto de partida de precaución. Por ejemplo, las leyes europeas han prohibido el bisfenol A en las botellas de plástico de los biberones infantiles desde 2011, y algunos países europeos han adoptado otras restricciones nacionales sobre EDCs.
Como ya se ha visto en otra ocasiones en el pasado, cuando se emprendieron la acciones regulatorias para proteger o mejorar la salud -incluso aunque no hubiese una certeza científica de los daños al 100%- la visión retrospectiva y la ciencia posterior han mostrado que estaba justificado (8). Los ejemplos de ello incluyen los controles tempranos del tabaquismo, los cuales fueron introducidos antes de que los científicos fuesen capaces de dar una explicación biológica del nexo causal.

 Notas

1. Costes sanitarios en la UE: ¿Cuánto se relaciona con los disruptores endocrinos? www.env-health.org
2. Declaración de Berlaymont (2013) firmada por 89 científicos, http://www.env-health.org/resources/press-releases/article/heal-responds-to-berlaymont
3. Estimaciones de costes relacionados con enfermedades endocrinas por país, del informe técnico del Dr Alistair del Hunt of University of Bath y la Dra Julia Ferguson, profesora visitante en el Cranfield School of Management del Reino Unido.
País
Cifras del informe técnico: Costes totales (en millones de euros)
Austria
10,804
Bélgica
14,083
Bulgaria
9,063
Croacia
5,212
Chipre
1,213
Republica Checa
13,381
Dinamarca
7,051
Estonia
183
Finlandia
6,972
Francia
82,634
Alemania
101,714
Grecia
14,038
Hungría
12,612
Irlanda
5,772
Italia
75,452
Letonia
2,558
Lituania
3,808
Luxemburgo
653
Malta
510
Holanda
21,141
Polonia
48,638
Portugal
13,367
Rumanía
25,070
Rep. de Eslovaquia
6,327
Eslovenia
2,554
España
58,914
Suecia
12,125
Reino Unido
80,641
Total
636,500

Estimación de HEAL de los costes por país de la posible contribución de los EDCs a los trastornos endocrinos 

País
Estimaciones de HEAL correspondientes al coste de  un 5% de los trastornos endocrinos, que podrían relacionarse con la exposición a EDCs (en millones de euros)
Austria
540.20
Bélgica
704.15
Bulgaria
453.15
Croacia
260.60
Chipre
60.65
República Checa
669.05
Dinamarca
352.55
Estonia
9.15
Finlandia
348.60
Francia
4,131.70
Alemania
5,085.70
Grecia
701.90
Hungría
630.60
Irlanda
288.60
Italia
3,772.60
Letonia
127.90
Lituania
190.40
Luxemburgo
32.65
Malta
25.95
Netherlands
1,057.05
Polonia
2,431.90
Portugal
668.35
Rumanía
1,253.50
Eslovaquia
316.35
Eslovenia
127.70
España
2,945.70
Suecia
606.25
Reino Unido
4,032.05
Total
31,825.00
 4. Prüss-Ustün et al. 2011,“Lo que se sabe y lo que no de la carga de las enfermedades debido a los químicos: una revisión sistemática”, Environmental Health 2011, 10:9. http://www.ehjournal.net/content/10/1/9
 5. Nadie sabe exactamente cuál es la contribución de la exposición a EDCs a los costes totales de las enfermedades crónicas descritas. Trasande L, 2014, “Una mayor limitación del Bisfenol A en la comida podría traer beneficios económicos y sanitarios” disponible en content.healthaffairs.org/content/early/2014/01/16/hlthaff.2013.0686 fija la contribución de la exposición al bisfenol A de los envases alimentarios a la obesidad infantil en un 1,8%. Por tanto es razonable suponer que el porcentaje total esté entre el 2-5%.
 6. UNEP/WHO (2013) Estado de la Ciencia en torno a los disruptores endocrinos – 2012. Una estimación del estado de la ciencia de los disruptores endocrinos preparado por un grupo de expertos del Programa de Medioambiente de Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Editado por Ake Bergman, Jerrold J. Heindel, Susan Jobling, Karen A. Kidd and R. Thomas Zoeller
 7. Consejo de Ministros, Nota de Prensa, 3320th Council meeting, Environment, Luxembourg, 12 June 2014 http://consilium.europa.eu/uedocs/cms_data/docs/pressdata/en/envir/143188.pdf.
 8. Lecciones tardías de alertas tempranas, Vol I & II. http://www.eea.europa.eu/publications/late-lessons-2
Health and Environment Alliance (HEAL) es una organización no gubernamental europea líder enfocada en cómo afecta el medio ambiente a la salud en la Unión Europea. Con el apoyo de más de 65 organizaciones miembros, HEAL aporta información independiente de la comunidad científica en torno a diferentes procesos de decisión. Nuestra amplia alianza representa a profesionales de la salud, médicos, enfermeras, grupos de pacientes de cáncer y asma, ciudadanos, grupos de mujeres, grupos de jóvenes, ONGs medioambientales, científicos e institutos de investigación en salud pública. Los miembros incluyen organizaciones internacionales y europeas así como grupos nacionales y locales.
www.env-health.org
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2 comentarios en “DISRUPTORES HORMONALES. Una sangría para la Seguridad Social”

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