Esta crema de calabaza es la que suelo recomendar a los pacientes en tratamiento oncológico —rica en antioxidantes, fibra, fitoquímicos y sabor natural.
Ingredientes (para 2-3 raciones)
- ½ calabaza (unos 500 g)
- 2 zanahorias grandes
- 1 cebolla dulce o puerro
- 1 diente de ajo
- 1 trozo de jengibre fresco (del tamaño de una nuez)
- 1 cucharadita de cúrcuma en polvo (o un trocito de raíz fresca)
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
- ½ cucharadita de comino molido (opcional)
- ½ litro de caldo vegetal o agua
- Sal marina sin refinar o tamari al gusto
- Un chorrito de bebida vegetal o un poco de aguacate al final para darle cremosidad
Preparación
- Pela y corta las verduras en trozos medianos.
- En una cazuela, sofríe la cebolla, el ajo y el jengibre con el aceite de oliva durante 3-4 minutos a fuego medio, hasta que estén fragantes.
- Añade la calabaza y la zanahoria, la cúrcuma y el comino. Rehoga unos minutos más para potenciar los aromas.
- Cubre con el caldo vegetal y cocina a fuego suave durante unos 20-25 minutos, hasta que la calabaza esté tierna.
- Tritura hasta obtener una textura cremosa. Si quieres más suavidad, añade un chorrito de bebida vegetal o una cucharada de aceite de oliva en crudo al final.
- Rectifica de sal o tamari y sirve caliente.
Opcional para potenciar el valor terapéutico:
- Añade un toque de pimienta negra (mejora la absorción de la curcumina).
- Decora con semillas de calabaza o brotes frescos.
- Si necesitas más aporte proteico, puedes incluir una cucharada de colágeno hidrolizado OFM justo al servir (no altera el sabor).
Por qué es oncosaludable
- La calabaza y la zanahoria son ricas en carotenoides y vitamina A, con efecto antioxidante y protector celular.
- La cúrcuma y el jengibre modulan la inflamación y favorecen la detoxificación hepática.
- El aceite de oliva virgen extra y el ajo refuerzan la inmunidad y la microbiota.
- Es ligera, de fácil digestión y ayuda a mantener la energía sin elevar la glucemia.
Si estás en tratamiento oncológico o en recuperación, puedes tomarla a diario, alternando las verduras según temporada: calabacín, brócoli, boniato, remolacha o espinacas funcionan igual de bien.