Hoy quiero mostraros un testimonio que me ha llegado a través del mail, que creo que puede ser muy motivador y os puede dar ese empujoncito para comenzar a practicar yoga si aún no lo hacéis.
Soy Raquel, profesora y amante del yoga.
Siempre he tenido ganas de escribirte Odile, pero nunca me he atrevido y hoy ha sido el día, fuiste unas de mis inspiraciones para cuidarme más y mejor en esa época hace ya casi tres años, siempre leía y sigo leyendo tus post, artículos y consejos que tanto me ayudaron y me siguen ayudando, me sigues teniendo como fiel seguidora…..
Yo estaba comenzando a rodar por el mundo del yoga cuando me diagnosticaron cáncer. El hecho de que me diagnosticaran ésta enfermedad me hizo meterme más a fondo con su estudio, experimentando todos los beneficios que me aportaba en cada una de las fases de la enfermedad y teniendo muy claro que este paso no iba a quedar en balde, todo ocurre por alguna razón y el yoga llegó a mi vida por algo.
Así que me puse manos a la obra, comenzando a investigar, a cuidarme para que los efectos fueran más llevaderos, a buscar formación relacionada con el tema de yoga y cancer, pues yo sabía que me iba a ayudar mucho y procurando estar siempre bien conmigo misma, buscar un bonito pañuelo (de los muchos que con mucho amor me cosió mi mamá) para ocultar la caída de mi cabello y salir con la mejor sonrisa.
Y así ha sido, ha sido una experiencia de crecimiento, de esperanza, de fuerza y valentía, si había que llorar se hacía, pero intentando que fueran momentos breves.
Yoga es unión, unión de cuerpo, mente y espíritu, ….., unión de amigos, de familia, de pareja…….ha sido una época de reflexión, de compartir con mi pareja lecturas, sentimientos, miedos,….., haciendo aún más fuerte nuestra relación.
Como profesora y practicante he podido comprobar en mi persona el impacto de la práctica del yoga. He tenido épocas de menos movilidad y dolor en articulaciones, hasta llega a tener días de más flexibilidad y una energía y vitalidad mayores, así como un cambio en la concepción y comprensión de esta enfermedad.
He tenido épocas de incertidumbre y miedos, de tristeza……, pero el simple hecho de montarme en mi esterilla cada mañana o de asistir a clase con mis compañeras después de la sesión de quimioterapia, me daba la vida y energía que necesitaba para superar el día, para sonreír y agradecer a mi cuerpo el esfuerzo que ha estado haciendo en todo momento.
El yoga se ha convertido en mi fuente de inspiración, en la fuerza para vivir, para superarme y mejorar cada día un poco más, creciendo como persona y amando el templo que es mi cuerpo.
Ahora he logrado formar un grupo de mujeres en Córdoba, ciudad en la que vivo, que como yo han pasado un cancer y quiero llevarles todo el beneficio que yo he recibido con el yoga.
Yoga y cáncer…., unión de dos polos contrarios, que logran equilibrarse y que lo negativo no tenga tanto peso, logrando una desconexión de hospitales, médicos,…., mejorando la autoestima del paciente.
Sigo estudiando, mejorando y aprendiendo de mis alumnas que sin duda son el mejor aprendizaje. Solo verles la cara de emoción y relajación cuando termino la clase merece la pena ir a darles ese regalo para su cuerpo, alma y espíritu.
«El agua del río, por turbia que esté se volverá clara. Templanza y yoga para tus días.»
Con mis mejores deseos de que mi experiencia sirva a otras personas y que el paso por esta enfermedad haya merecido la pena.
Un enorme abrazo Odile.
Dra. Odile Fernández. Médico de Familia, Superviviente de Cáncer. Autora del blog «Mis Recetas Anticáncer»
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Mi blog: www.misrecetasanticancer.com